Coincidente con un viaje por trabajo
al viejo continente, me inscribí con bastante anticipación a esta carrera, que
según la información disponible, es una de las 10 maratones más importantes de Europa.
Al menos al revisar la página web del evento con las imágenes de las ediciones
anteriores quedaba claro que el marco de
asistentes era muy grande y que la fiesta era total.
Sería mi primera carrera en Europa, algo que hace 5 años atrás no soñaba con hacer.
Como siempre, llegamos con algunos
días de anticipación a Barcelona para adaptarnos al cambio de horario, clima y
demases, teniendo la precaución de elegir un hotel "B-B-B" que
quedara cerca del lugar de salida, o al menos a una distancia
"caminable", ya que siempre me ha resultado poco atractivo
movilizarme en transporte público cuando participo en carreras de larga distancia. Creo que es
por un tema de stress previo a la carrera, que prefiero eliminar con una
caminata hasta la zona de largada.
Como es tradicional, el día previo a
la carrera viene la rutina de las pastas a media tarde/noche, para
posteriormente acostarse temprano y tratar de dormir algo. En este punto
coincido con los especialistas, que dicen que la mejor noche, en la que
realmente se descansa, debe ser la del viernes (suponiendo que la carrera es el
domingo), ya que la noche anterior por lo general los nervios no permiten
dormir bien. Estoy totalmente de
acuerdo.
Día de la carrera, levantada de
madrugada para desayunar (barras de cereales y leche con chocolate), y caminata
de 2 Kms. en una despejada pero fría mañana (a esa hora) hasta la línea de
largada.
La Maratón de Barcelona comienza y
termina en la Plaza España, con un recorrido que tiene bastantes
desniveles y que pasa cerca de los
lugares más importantes de la ciudad (Camp Nou, Pedrera, Iglesia de la Sagrada
Familia, Plaza de Las Glorias, Plaza de la Ciudadela, Arco de Triunfo, Plaza
Catalunya, y Mirador de Colón), para retornar a la Plaza
España.
La partida de la Maratón es
majestuosa, que coincide con lo que he visto en las grandes carreras en que he
participado fuera de sudamérica. Hay salidas diferidas por tiempos, que creo
eran 4 bloques para los casi 25.000 participantes y, en cada una de ellas, junto
con el cañonazo de partida se elevan miles de globos de colores y se liberan
palomas blancas.
Ya en plena carrera, disfrutando de
la belleza del recorrido en la primera decena de kilómetros y el sol comienza a
hacer lo suyo.
Pasada la Iglesia de la Sagrada
Famila, en el Km. 16, comienza la subida "de miedo" de la Av.
Meridiana que se extiende exactamente hasta el Km. 20. En ese momento comienza
un dolor en la planta del pie derecho que me provoca algo de intranquilidad.
Recién es la mitad de la carrera y aún no debería tener ninguna molestia física
si es que quiero terminar en buenas condiciones.
Afortunadamente el dolor comienza a disminuir en los kilómetros posteriores, así que finalmente resultó ser sólo una falsa alarma.
La gracia de ese tramo del recorrido,
entre los kilómetros 18 y 22, es que en la primera parte se sube y en la
segunda se baja. pero ambas líneas de competidores no tienen ninguna separación
física, por lo que es posible ver a
quienes vienen en sentido contrario y eso le da, a mi juicio, una cuota
importante de emoción, en la que es posible compartir los sentimientos de
quienes vienen en sentido contrario.
Una cosa parecida sucede entre los
kilómetros 26 y 31, aunque es un tramo plano separado por un bandejón central.
Cerca del edificio del Fórum, en el
Km. 32, me doy cuenta de que se me cae el número (conocido técnicamente como
BiB), cosa muy curiosa que nunca antes me había sucedido, y tengo que
devolverme unos metros a recogerlo. Luego de eso me doy cuenta que los extremos
que sujetaban el número con los alfileres se habían desgastado al mojarse con
todo el sudor y los líquidos a los que habían sido expuestos.
Debo indicar que en este tipo de competencias
el número es muy importante. Es un recuerdo, un trofeo de guerra que debe
terminar colgado en una pared junto con la medalla de finalista.
Ultimo tramo, entre la Plaza
Catalunya, monumento a Colón y la Avenida Paral-lel se hace eterno. Eran los
últimos 5 kilómetros y el cuerpo ya no quería más. El calor era mucho y la
mayoría de los corredores que iban al lado mío estaban absolutamente
desgastados, y no sé si verlos era mejor o peor.
Fin de la Avenida Paral-lel y se ve
la línea de meta en la Plaza España.
Cruzo la meta muy cansado, pero feliz.
Terminé sin ningún problema físico mayor, salvo los calambres y dolores musculares de rigor, lo que sumado al hecho de que finalicé en un tiempo digno (siempre hacer un tiempo menor a 4 horas será algo bueno), hicieron de esta maratón una prueba redonda.
No sé si alguna otra vez participaré
en esta carrera, aunque ganas no me faltan.
Una maratón de primer nivel
totalmente recomendable.
Tiempo: 3 horas, 54 minutos, 4 segundosZapatillas: Adidas Response Cushion 21